Por Angels Mas

 

En pleno corazón de los Pirineos se alza majestuoso un edificio donde los visitantes experimentan sensaciones únicas en un lugar con un aura especial. se trata del Hotel Vall de Núria.

 

 

Su entorno es una alegoría a la naturaleza, con una sinfonía del canto de aves que te acompaña en todo momento. Sus ventanas se abren a un horizonte que, sin duda, invita a la meditación y al relax. La posibilidad de apreciar cada día este paisaje es uno más de los infinitos atributos del alojamiento, rodeado de cumbres de casi 3.000 metros de altura.

 

 

Ofrece una gran diversidad, no sólo en lo que a paisajes sino también por su variopinta flora y fauna, lo que hace que vivamos sensaciones constantes que estimulan nuestros sentidos día tras día.

Recorrer el Vall de Nuria es adentrarse en sus ondas sonoras. Déjate transportar por los cantos de las aves que se delatan antes de ser vistas

Los colores aquí se hacen más intensos casi sin quererlo: paisajes de un verde profundo contrastan con el azul del cielo y la explosión de luz y color de las puestas de sol en las cimas sin dejar de lado los tonos de las aves que surcan el cielo o la silueta de sus crestas recortadas frente al cielo azul.

 

 

El Hotel Vall de Núria es un oasis de tranquilidad que invita a los viajeros a una experiencia inolvidable. Accesible únicamente a través del tren cremallera, este destino ofrece la posibilidad de escapar del bullicio de la ciudad y adentrarse en un mundo de serenidad y belleza natural.

El simple hecho de ir hasta el hotel,  es toda una experiencia en sí. El tren cremallera se puede coger en la estación de Ribes de Freser o de Queralbs, donde se puede llegar en tren o coche, las vistas del tamo en cremallera son ya en si todo un espectáculo y cuando llegas al valle el panorama es impactante e inolvidable.

Constituye el extremo más elevado y montañoso del valle de Ribes, en el Ripollès, rodeada de un imponente círculo de crestas, comas y picos que forman la emblemática Olla de Núria.El punto culminante es el Puigmal, de 2.913 metros.

 

 

Está integrado en el conjunto de la Basílica de la Virgen de Núria, uno de los lugares de culto más antiguos del país (su origen se remonta al año 700). Además, la historia ha querido que en 1931 se convirtiera en un punto emblemático de Cataluña, ya que aquí se redactó el primer Estatuto de Cataluña, el llamado “Estatuto de Núria “.

 

 

Los visitantes podrán encontrar un edificio con años de historia. A principios del siglo XX, tras la inauguración de la iglesia en el año 1911, se construyó un hotel que a día de hoy todavía se conserva.

 

 

A través del tren cremallera los excursionistas pueden llegar a la montaña por el inicio de sus ascensiones con un desnivel de 152,7 m llegando a 2.121,6 m de altura.

Para los que deseen ver Vall de Núria desde las alturas pueden hacerlo en el remodelado Teleférico Coma del Clot.

La salida del paseo con el Teleférico está ubicada en el mismo Valle de Núria y tiene su llegada al Albergue del Pic de l’Àliga, situado a 2.170 metros de altitud y desde donde se encuentra se pueden gozar de unas vistas panorámicas y de rutas para senderismo totalmente marcadas recorriendo las cimas entre vacas, caballos, ríos y cascadas.

 

 

Una característica que define el hotel es que ofrece actividades para todo tipo de viajeros: los grupos de amigos pueden disfrutar tanto como las familias con niños, sin niños, y personas mayores. Hay tantas actividades para escoger, que es imposible no encontrar una que se adapte a los gustos de todo el mundo.

 

 

Para aquellos que buscan aventura y diversión, pero también para quienes necesitan unos días de descanso, este hotel cuenta con un amplio programa de actividades para todas las edades, cuyos huéspedes tienen incluidas en el alojamiento. Los más pequeños de la casa tendrán la oportunidad de aprender y divertirse en el Cau de la Marmota, un espacio lúdico que organiza actividades guiadas para toda la familia.

 

 

En cuanto a su gastronomía, este hotel destaca por el uso de producto km 0 que ponen valor los excelentes recursos de la zona. Todos ellos se pueden encontrar en cualquiera de los espacios gastronómicos como el propio restaurante del hotel, la Cabaña del Pastor, el Bar Finestrelles o El Racó de la Vall. Cada uno de ellos cuenta con diferentes propuestas para satisfacer los paladares más exigentes

 

 

Este complejo hotelero está formado por 75 habitaciones completamente equipadas; 4 suites y 10 habitaciones familiares superiores que ofrecen un ambiente cálido y elegante, un remanso de paz en plena naturaleza. Otra de las opciones que ofrece este alojamiento son sus 20 apartamentos,están completamente equipados para hacer de vuestra estancia algo singular.

 

 

El hotel cuenta tres salas recién reformadas con un aforo máximo de 50 personas, que resultan ideales para organizar reuniones y pequeños actos. También, en la parte baja del hotel, encontraréis un auditorio con 140 butacas.

 

 

Cuando se pone el sol se puede respirar aire puro y es ideal tumbarse delante del lago a mirar las estrellas con expertos que te cuentan con todo detalle el espectáculo nocturno que ofrece el firmamento. Nosotros fuimos a principios de agosto y pudimos ver las primeras lágrimas de San Lorenzo y sinceramente fue todo un espectáculo.

Esto y mucho más se puede disfrutar en este hotel alejado de grandes ciudades, donde el lujo está en su localización y el despertar de los cinco sentidos.

 

 

Más información en:  https://hotelvalldenuria.cat/es/