Texto y fotos de Enrique Sancho
Los usuarios del potente buscador de vuelos y hoteles www.jetcost.es han valorado algunos destinos en función de su belleza, la cordialidad de sus gentes, su oferta gastronómica y, en conjunto, su encanto y personalidad. Y de entre todos ellos sobresalen:
CADAQUÉS
Con casi 8.000 kilómetros de litoral y 180 islas e islotes, España puede presumir de una enorme cantidad de pueblos costeros llenos de encanto. En algún caso a su interés pintoresco, se une un valor histórico o cultural. Es el
caso de Cadaqués conocida como la ‘Perla de la Costa Brava’, donde vivió durante años el genio Salvador Dalí (su casa-museo en Port Lligat es uno de los gransdes atractivo), que la describió como de ensueño y perfecta, y que también fue visitada por otros grandes pintores de la época, como Picasso, Matisse y Chagall, entre otros. Y también el gran escritor ampurdanés, Josep Pla. Visita imprescindible es la Iglesia de Santa María, icono de la villa, situada en el punto más alto del casco antiguo y con unas fantásticas vistas de los tejados rojizos y el Mediterráneo al fondo, salpicado de barquitas. Desde allí se puede iniciar el recorrido por las callejuelas empedradas del casco antiguo como la fotogénica Carrer des Call y luego bajar al Paseo Marítimo de la Riba des Poal bordeando las pequeñas calas de guijarros y disfrutando de las vistas desde diferentes miradores a Cadaqués. En cualquiera de sus muchos restaurantes puede hacerse un alto y disfrutar del famoso plato suquet de peix.

TARIFA
Es la punta más meridional de España, abierta al Mediterráneo y al Atlántico, la más próxima a Marruecos (14 km.) y seguramente la más ventosa, gracias al fuerte viento de levante, lo que hace de Tarifa un paraíso para los amantes de las actividades acuáticas relacionadas con el viento, como el kitesurf, el windsurf y el surf. Pero aunque sus largas playas de hasta 38 kilómetros es lo que le ha dado fama y visitas de todo el mundo, especialmente en las de playa Chica, Los Lances, Valdevaqueros y la playa de Bolonia, la ciudad ofrece también atractivos importantes, como el castillo califal que se encuentra en el casco antiguo y que fue edificado en el siglo X, en la época de Abderramán III. De ese periodo árabe conserva su actual fisonomía urbana y el trazado de sus calles angostas y sinuosas.

SÓLLER
Resulta curioso que de lo más peculiar y popular de Sóller sea el tranvía histórico que desde 1913 une montaña y mar en un trayecto de media hora, desde el valle en el corazón de la Serra con el puerto y la playa. Además de transportar pasajeros, se ha utilizado también para llevar las cajas de pescado de los muelles al mercado o las de naranjas hasta los barcos que navegaban antaño hasta los puertos franceses y para subir las hortalizas de la huerta al pueblo. Pero no es éste su único atractivo, el municipio de Sóller ocupa un valle de la sierra de Tramontana delimitado por el mar. Las localidades gemelas de playa y ciudad, además del deslumbrante campo circundante, añaden variedad a la experiencia de vivir en el puerto aunque sea por unos días solamente. Calles adoquinadas bellamente conservadas, excelentes restaurantes, cafés y tiendas y una sensación de vivir la buena vida lo hacen muy apreciado por los visitantes que regresan una y otra vez y muchos otros que deciden hacerlo su lugar de residencia. Hay edificios de la época medieval y también de estilo modernista. Una casa de principios del siglo XX acoge en su interior el Museo Balear de Ciencias Naturales. Alrededor se sitúa un jardín botánico con centenares de especies vegetales de Baleares y de las Islas Canarias.

MORAIRA
Anteriormente un pueblo de pescadores, Moraira, en plena Costa Blanca alicantina, es ahora uno de los pueblos costeros con más encanto de España. Sus playas vírgenes son magníficas para descansar, como la Playa de l’Ampolla y la del Portet, también se puede disfrutar de deliciosos mariscos y emprender caminatas a lo largo de los senderos costeros cercanos con impresionantes miradores. Un laberinto de caminos de ronda y antiguas sendas de pescadores discurren por los acantilados cercanos a Moraira, desde los que se pueden contemplar algunos de los rincones más bellos de la zona como Cap d’Or, Cala Llebeig o Cala del Moraig. Y si se quiere algo de cultura, el Castillo de Moraira, construido a principios del siglo XVIII para defender la costa de los ataques piratas y corsarios berberiscos. Actualmente, alberga una exposición permanente sobre las torres vigía en tiempo de Felipe II y un audiovisual en varios idiomas sobre el mar y la piratería. Además desde el castillo se tienen una vista espectacular del sol al hundirse en el mar.

COMBARRO
Considerado por muchos como el pueblo más bonito de Galicia, Combarro está situado en el mágico escenario de las Rías Baixas, no lejos de la ciudad de Pontevedra. Es especialmente conocido por sus hórreos, pequeñas estructuras con sólidos pilares y generalmente rematados por una pequeña cruz de piedra que se encuentran fuera de la casa principal y que en los siglos XVIII y XIX servían para almacenar alimentos lejos de alimañas y humedades del suelo, así como por sus tradicionales y coloridas casas marineras costeras que tienen balcones de piedra o madera bien conservados, con excelentes vistas al océano. También hay varios cruceiros, una construcción tradicional
con una estilizada cruz, que se ven no solo en Galicia, sino también en otras regiones célticas, como Irlanda o Bretaña. En todos ellos, la figura de Virgen mira hacia el mar, mientras que el Cristo lo hace hacia tierra.

Otros pueblos igualmente interesantes son: Agios Nicolaos (Creta), Manarola (Cinque Terre, Italia), Polperro (Cornualles, Reino Unido), Ravello (Costa Amalfitana, Italia), Cacela Velha (Algarve,Portugal), Kotor (Montenegro), Séte (Occitania, Francia), Cefalú (Sicilia) y Aveiro (Portugal)
